23:26 y Lore ya esta esperándome abajo, en el portal. Acabo de arreglarme y bajo pitando, tiramos rumbo al Village Green. Llegamos al Village... mierda! Las 23:55, todavía no ha abierto así que vamos a hacer tiempo a La Botellita. Hacemos tiempo (porque allí es lo único que puedes hacer ¬¬), otra vez para el Village y todavía sin abrir, cagoenlaputa!
Damos una vueltecilla, me como tres carteles del concierto de Amaral mientras le lloro a Lorena (sobre el concierto, claro) y después de un gran BLA volvemos por tercera vez al Village. Ahora sí que sí, abierto pero Manolo y Paula están fuera hablando con gente, nos acercamos, saludamos, presento a Lorena como es debido. Manolo se va, se quedan Paula y el portero nuevo que tiene cara de gilipollas y va pidiendo que se la partan (vale, eso último quizás no sea así, pero es que me dan ganas de partírsela...). Paula invita a una caña, charlamos un rato, invita a un chupito de tequila, seguimos charlando, invita otra vez a otra caña y así pues... la verdad es que no me acuerdo XD
Lorena y yo nos ponemos a charlar un poco de todo (<---para que parezca que recuerdo lo que estuvimos hablando), bailamos algunas canciones (las que podía porque yo estaba concentrada en sujetar bien la barra, no se fuera a caer). A eso de... las 02:30 pasadas que podrían ser perfectamente las 03:00, no lo recuerdo (para variar) llegó Damián, saludos, charla y a partir de ahí lo que recuerdo es que poco después se fue Lorena con Sergio (que la recogió en el centro) y yo me quedé un rato más con Damián y cia. Después recuerdo cómo Damián intentaba meterme en un taxi pero pobre de él que no sabía que yo soy muy cabezota, así que me fui a pata a mi casa, un poco doblá eso sí. Camino a casa todo se movía demasiado, hasta yo me movía demasiado XD Un par de gilipollas se pusieron a decirme cosas del tipo "¿Dónde vas a estas horas?" a lo que creo recordar que respondí con un "a casa de tu puto padre". Un par de coches me pitaron (que eso es algo que no entiendo...), un gilipollas en un coche (que se paró cerca mía) se puso a pegarme voces (ni recuerdo las cosas que me decía pero de que era un cretino sí que me acuerdo), a lo que le mandé a la mierda, a eso de las 05:10 llegué a mi casa, me preparo para acostarme, mando el correo pertinente y a las 05:30 me acuesto... Lo mejor es que me he levantado a las 08:30 justas y sin resaca ni nada, un poco de dolor de cabeza eso sí pero se me pasó enseguida. Así que estoy algo cansada (hay que tener en cuenta que sólo he dormido tres horas) y me hace falta un café pero no tengo a nadie con quien quedar así que otro domingo que me quedo en mi casa... Pero me lo pasé genial y eso es lo único que tengo claro de anoche XD
domingo, 28 de junio de 2009
Junio 27, sábado sabadete...
lunes, 22 de junio de 2009
La pequeña Sofí
El sol de la mañana acariciaba su rostro mientras ella se balanceaba una y otra vez en aquel columpio oxidado. Aquel columpio que la estaba viendo crecer, en el parque donde su madre la llevaba todos los fines de semana para que se despejara de todos los problemas que tenía en el colegio y en su casa.
Era una niña bastante introvertida, veía a sus compañeros de clase como una pandilla de ignorantes, no sabían nada acerca del mundo que les rodeaba. Ella con apenas 11 años ya había aprendido a dominar tres idiomas; el inglés, el francés y el latín. Éste último era una lengua muerta sí, pero le servía para escribir su diario secreto. De hecho no era tan secreto, ya que lo dejaba siempre encima del escritorio de su habitación pero como estaba en perfecto latín nadie se enteraba de nada.
Había perdido a su padre a la edad de 4 años y su madre había hecho todo lo posible por inculcarle de alguna forma un recuerdo de su padre, de aquel hombre que siempre le compraba golosinas cuando él, por cuestiones de trabajo, llegaba un día o dos después de la fecha indicada. A Sofí, siempre le gustaba que su padre le leyese cuentos antes de irse a dormir. Un día o dos antes de volver su padre llamaba a casa para decir la fecha concreta de llegada y Sofí la señalaba en su calendario; ese día se quedaba despierta hasta que su padre volvía y le leía un cuento. Pero cuando no llegaba a tiempo, la pequeña Sofí, se mantenía despierta toda la noche pensando que su padre podía llegar de un momento a otro y que si la encontraba dormida no le leería su cuento y si no le lee el cuento ella no soñaría consigo misma y su padre, agarrados de la mano, caminando juntos por el parque en el que ella juega ahora cada fin de semana.
Si había algo que consiguiese consolar a la pequeña Sofí eran las golosinas, como a cualquier niño de su edad le encantaban las golosinas pero a ella en particular le fascinaban las formas y colores; se preguntaba cómo podían haber ositos rojos o amarillos o verdes, se preguntaba cómo podían hacer tanto ruido en su boca unos caramelos tan pequeñitos, de dónde sacaban tanta leche las vacas para hacer cartones y cartones de leche y que los mercados pudiesen venderlos. De hecho se preguntaba muchas cosas continuamente.
En este momento, mientras sentía cómo cogía velocidad balanceo tras balanceo, se preguntaba qué pasaría si saltaba cuando alcanzase el punto más álgido que pudiese alcanzar un columpio. ¿Podría llegar al cielo? ¿o su cuerpo movido por la gravedad le haría estrellarse contra el suelo? Desde luego las cosas que se preguntaba no era de una niña de once años, al menos no de una niña normal. Siempre había tenido curiosidad por todo. Por la muerte, por la vida... pero no era algo a lo que le tuviese miedo, lo veía cada día. Veía plantas muertas, fruta podrida, guerras en todas partes del mundo, siempre había visto el mundo como algo caótico, donde lo único seguro era la muerte. Así que había asumido que tardara más o menos iba a acabar muriéndose. Esperaba que más tarde que temprano.
Empezó a coger cada vez más impulso, mientras el columpio se elevaba más y más, y cada vez más alto. Llegó un punto en que tuvo la sensación de que el columpio iba a girar sobre sí mismo y fue en ese momento exacto, justo cuando su estómago le pidió que hiciera paso para dejar pasar el almuerzo, cuando ella se impulsó una vez más y saltó del columpio hacia el cielo.
Notó como su cuerpo se separaba del columpio, notó cada centímetro de su vestido separándose de la superficie porosa del columpio, pensó en caminar sobre el aire pero no podía; en cambio sí que podía volar, sentía como se elevaba cada vez más alto. Sentía los rayos del sol sobre su rostro, sentía cómo se bañaba en una piscina de luz y calor, cada vez más luz y más calor. Empezó a sudar, gotas de sudor resbalan por su frente. Parecía eterna aquella subida...
De pronto, aquella luz del astro rey se volvió blanca y de esa luz surgió una sombra. Un hombre, que se dirigía recto hacia ella y la llamaba por su nombre - Sofí, Sofí, cariño. Soy yo, soy papá. Cariño, mírame bien -, ella quería girar el rostro hacía atrás pero recordó que ella a donde quería ir era hacia delante, hacia arriba concretamente. Así que cogío fuerzas y miró, miró aquel rostro. Era exactamente igual al que su madre le había enseñado en fotos, pero tenía algo distinto, tenía la mirada triste. De repente, aquel hombre la abrazó y le dijo:
- Cariño, has venido. Has conseguido venir, pero ahora mismo no te toca estar aquí, no es tu hora. No puedo decirte lo que hay en el lugar del que vengo pero puedo asegurarte que no es nada malo, disfruta de todo cuanto puedas y sigue como hasta ahora; sin mirar atrás. Cariño, me alegro de verte, te quiero, adiós -. Y acto seguido la sombra de aquel hombre se desvaneció, ella sintió un calor inconmensurable en su corazón y sintío como caía, caía con tal delicadeza que decidió dormir un poco, sentía la necesidad de dormir. Horas más tardes se despertó en su cuarto, rodeada de su madre y sus dos tías. Todas hablando entre sí y suspirando. Cuando por fin consiguió abrir los ojos sin que sufriera con la luz de la habitación, su madre, que no se había separado de ella en toda la semana, empezó a dar gritos de alegría haciendo de dominio público el despertar de su hija. Sofí, por otra parte, se extrañó de la expectación que había causado su sueño y preguntó a qué se debía tal alteración, fue entonces cuando los presentes le explicaron que hacía una semana, cuando estaba jugando en el columpio, hubo un momento en el que resbaló del columpio y se dió un golpe fuerte en la cabeza. El doctor había dicho que probablemente no se despertaría pero como estaba viendo sí que lo hizo.
Cuando Sofí explicó lo que realmente había pasado todos se rieron, todos excepto su madre. Sus tías le explicaron que eso fue producto de los medicamentos e inyecciones que el doctor le había procurado pero que nada de eso había sido real. Sofí en cambia sabía que sí, que todo había sido muy real y cuando se lo contó a su madre en circunstancias más íntimas, ésta empezó a llorar y entre soñozos le explicó a Sofí que había soñado con su padre hace unos días y que, en sueños, éste le dijo que no se preocupara por Sofí que estaba bien y que de un momento a otro despertaría como si nada. Desde entonces madre e hija estuvieron más unidas que nunca y visitaban cada semana aquel columpio que tanto había hecho por su relación.
sábado, 20 de junio de 2009
Más puta que las gallinas, que aprendieron a nadar pa follarse al pato
Y lo que todos (o los cuatro gatos que leen esto) estabais esperando, la 4ª entrega de MUNDO GUARRONIIIL.
Primera entrega
Segunda entrega
Tercera entrega
1. Guarrus telarañus:
Todos tenemos una guarrus telarañus en nuestras vidas. Es la que es fea con avaricia pero va de guapa. Que digo yo que esta bien tener el ego un poco subido pero hay que ser consecuente con la realidad. Éstas evidentemente no lo son. Se creen las más guapas y las mejores en todo, bailan mejor que tú, se visten mejor que tú, se piensan mejor que tú, hablan mejor que tú, ligan más y mejor que tú...
Todo lo hacen mejor que tú. Muy probablemente hagan de feas gilipollas mejor que tú. Suelen ser bastante envidiosas y siempre le sacan defecto a todo y a todos. El modus operandi de estas tipas es el siguiente:
1. Fija su objetivo.
2. Hace que alguna amiga le presente al maromo.
3. Después de ver que el maromo se ha ido para OTRA chavala de SU grupo fija otro objetivo.
4. Se acerca ¿sigilosamente? a su presa... vuelve a hacer que alguna amiga le presente al tipo en cuestión.
5. El tipo en cuestión vuelve a pasar de ella ¿pero ella cede? No, no se rinde. Ella se refriega contra su pecho, contra su pierna (sí, se refriega pero el tío tiene una cara de asco de agárrate y no te menees); arriba y abajo, arriba y abajo cual perra en celo.
6. Entonces llega el momento del clímax, el tipo se vuelve y alegando que tiene que sacar a pasear al gato se va del bar. Ella se queda con dos palmos de narices, un calentón permanente y con telarañas en el...
Y así es el modus operandi de la guarrus telarañus; una tia pegajosa, fea y gilipollas.
Vestimenta:
Ropa interior:
- Aaaaaaaaaaaaaaaaaaggggggggghhhhhhhhhhhhhhh!!!!!!!
Ropa exterior:
- Pantalón ancho, para que no se noten las dos patas de guarro que tiene por piernas.
- Camiseta ancha, para que no se note el bulto en el estómago causado por el niño que se comió hace días.
-Manoletinas.
Complementos:
- Gafas de sol para ir a un bar...
- Bolso grande como ella sola...
- Tabaco.
- Pulseras que suenan cada vez que la borracha se cae al suelo y hace espasmos raros con los brazos.
"La única manera en que un hombre debe comportarse con una mujer es: haciendo el amor con ella, si es bonita, o con otra, si es fea.", Oscar Wilde.
2. Guarrus Signal:
- La tipa de la gran sonrisa. Es la más sonriente del bar. Déjate que te coja por banda y verás.
La Signal, tiene cierto aura encantador, suele soltar un aroma hechizador. Amigo, esta vez vas a ser tú el que te acerques a ella, pero ten cuidado tanta sonrisa y gentileza ocultan algo...
Es una cuentapenas!!!!!
Te va a amargar la noche cosa mala, es probable que te la acabes tirando sí, pero te va a dar una nochecita que pa qué. Te contará su vida, la vida de su ex, la vida de su ex-suegra, su ex-cuñá, bla bla bla... pero ahí aprovecharás tu oportunidad porque estará vulnerable y será un "túnoteescapasestanochevenpaacájamelga" de estas veces que no tendrás que pedirle que se vaya, acabará sintiéndose tan culpable que no tendrás que echarla de tu cama.
Vestimenta:
Ropa interior:
- Sujetador y braguitas de encaje.
Ropa exterior:
- Pantalones vaqueros un poco ajustados.
- Camisetas escotadas un poco ajustadas.
- Zapatos planos.
"No está mal ser bella; lo que está mal es la obligación de serlo.", Susan Sontag.
3. Guarrus suspiracus:
Dícese de la guarra que se pasa todo el día suspirando, que te la encuentras con aire melancólico (a veces con aire "cólico"), que te acercas porque nace en ti un sentimiento de preocupación hacia ella. Tiene cara de que le han dado plantón, pero no, es que la mu puta se esta haciendo la víctima. La víctima ¿de qué? ja! Intenta averiguarlo y caerás en su trampa. Te dará tanta pena que te acabarás acostando con ella (seguro que sería un suplicio para vosotros ¬¬) y así finalizará tú noche.
Vestimenta:
Ropa interior:
- Bragas y sujetador de H&M.
Ropa exterior:
- La camiseta más escotada que pudo comprarse.
- El pantalón más ajustado que pudo ponerse.
- Zapatos de tacón.
"La belleza es muy superior al genio. No necesita explicación.", Oscar Wilde.
sábado, 13 de junio de 2009
La triste historia de una historia triste
Érase una vez un escritor triste, en un solitario estudio, de la zona céntrica de su gris ciudad. Un día de cielo nublado, decidió sentarse junto a su televisor, para ver si viendo algún programa del corazón le venía de repente, la inspiración, su musa desnuda que hiciera que brotaran de él palabras de dura crítica social y a su vez rememorar tiempos pasados.
Durante un par de horas estuvo viendo tales programas, notaba cómo el cerebro empezaba a disminuir poco a poco, haciéndose cada vez más pequeños esos miles de filamentos neuronales que conectaban unos pensamientos con otros produciéndole un colapso mental. La pérdida de todo atisbo de lógica.
Ya no eran dos sino cuatro las horas que llevaba viendo aquel programa. De pronto se encontraba balbuceando cosas sin sentido como: "¡qué puta es la Bermúdez ésta!"...
El programa acabó, él se levantó y se dirigió a su mesa, abrió el portátil, se dispuso a escribir la mejor novela de su vida. Iría de algo triste, se sentía triste, desganado. Comenzó a darle vueltas, necesitaba encontrar un tema, después un comienzo y un final, y un nexo entre ambos.
Lo tenía claro, el tema sería su vida.
Hasta la fecha todo le había salido mal. Se divorció dos veces; habiéndolo perdido. Perdió su casa, después el coche, después la custodia de su hija Alisa y de su hijo Moriel, de dieciséis y cuatro años respectivamente. Perdió las ganas de trabajar, las ganas de vivir. Hasta que un día encontró una especie de relato corto en una libreta perdida, dentro de una de sus múltiples cajas marrón grisacéas carcomidas por el paso del tiempo y el esfuerzo del olvido. La caligrafía era conocida para él... y tanto, como que era suya. Recordó haber escrito un pequeño relato sobre la corta vida de un pez en una bañera, lo que le hizo ponerse a pensar. Le entró el gusanillo de la literatura, empezó a empaparse de libros sobre cómo escribir novelas, comenzó a leer todo tipo de novelas hasta poder definir el tipo de novela que él quería hacer. Entonces lo tuvo claro, simplemente quería plasmar sus ideas, sus sentimientos, su vida.
Nuestro simpático escritor se puso a pensar, sobre su vida, sobre cómo había llegado hasta aquel estudio vacío, sin recuerdos, no tenía nada excepto una foto de una familia feliz... Entonces volvió a tenerlo claro, necesitaba un giro dramático para su novela. Abrió el cajón más polvoriento de su mesa, cogió el revolver, giró la silla y mirando aquella fotografía, aquel recuerdo, apoyó la pistola sobre sus labios. No tuvo valor, cerró los ojos y disparó. Y a la luz de la televisión, aquella familia feliz vió cómo la sangre se desparramo por el suelo, llenando aquella tenue luz de la pantalla de su portátil...
miércoles, 10 de junio de 2009
Carta al habitante de mi cabeza
No hace falta que digas nada, no hace falta que hagas nada. Sólo quiero que sigas rondando de un lado a otro, que no te vayas de mi cabeza, quiero tenerte siempre ahí.
Ahí dentro, nadando entre mis temores y mis deseos. Siempre presente, siempre recordándome que, al menos, para alguien existo. Que para ti existo, al menos, dentro de mi cabeza.
No importa si tu locura pasa pronto, no importa si desaparezco dentro de tu cabeza, simplemente no te vayas de la mía. Perdura en mi recuerdo, no te alejes, no digas nada. Cada mañana, cada noche; ahí te encuentro. Siempre atento, siempre pendiente, esuchando mi cabeza. No hagas caso de mis temores, ignóralos. Mis deseos, esos tienen consecuencias, todo en esta vida tiene consecuencias, incluso que estés en mi cabeza.
No sé por qué estas en mi cabeza, pero me sienta bien. Me haces sonrier desde dentro, vienes a mí como un recuerdo, sonrio. Todo el día sonriendo. Y eso me hace estar bien. Me gusta pensar en alguien, me gusta pensar en ti. No espero nada o quizás sí. A lo mejor espero algo pero en el fondo, quizás, no me importe, quizás sólo me conforme con este recuerdo tuyo. Seguramente no será mañana, ni pasado pero sí que algún día no me recordarás en tu cabeza. No pasa nada, me quedaré con mis recuerdos, con los recuerdos del habitante de mi cabeza...
sábado, 6 de junio de 2009
Jueves, 4 de junio.
Mi hermano salió un sábado y llegó hablándome de un tal Victor que iba a pinchar el jueves día 4 como yo me apunto a un bombardeo le dije que si le llegaba el evento por el facebook me lo dijera que yo me apuntaba. Lo mejor es que el evento me llegó por el myspace, resulta que tenía a Victor de amigo (no recuerdo ni cuándo ni por qué, aunque en el myspace no hace falta excusa para hacerte amigo de nadie XD). Tras esto una petición de amistad, y de repente ya eramos amigos en el Facebook.
Un día cotilleando su facebook (sí cotilleando, pa que nos vamos a engañar) me quedé pensando tras ver una foto... "yo a este le conozco, le he visto en algún lao". Y sí, nos presentó Damián (amigo en común) el año pasado (mediados del año pasado diría).
En principio iba a ir a lo del jueves con mi hermano pero éste al final no pudo. Total que me hice a la idea de que iba a ir sola. Días antes de la fecha señalada a una amiga, Eva, se le murió el hermano, volvía el jueves mismo de Asturias así que animada por su marido me dijo de acompañarme al Village y yo acepté encantada. Tras esto se apuntaron dos amigas del curso que estoy haciendo (uno de secretariado). Al final las dos amigas del curso no pudieron venir y Eva llegó bastante cansada del avión así que decidió quedarse en su casa a descansar.
Tuve mis dudas pero al final decidí ir sola. Fui con la idea de saludar, tomarme algo he irme a casita habiendo cumplido.
Las doce y algo, llego, me siento y pido una cerveza. Paula (la camarera) me pregunta si soy "la hermana del Robe" y le digo que sí. Me pregunta por mi amiga (con la que iba siempre, Lore) y le comento que como se ha echado novio pues ahora esta perdía...
Se lamenta y me invita a un chupito.
Sigo con mi cerveza (me la bebo más rápido de lo normal). De repente escucho "¿tú eres Cristi?" y contesto "hombre ¡Victor!" (o algo así creo recordar). Hablamos, resulta que al final no pincha porque han habido problemas técnicos. Me presenta a unos amigos, nos echamos unas risas (yo con la risa floja era un no parar). Victor sale y se va a saludar a la peña. En algún momento uno de los amigos que me había presentado (Juanillo, si mal no recuerdo) me dice "Nos vamos a la Spectra, ¿te vienes?" y yo con cara de no estas chalao tú ni ná le digo: "No gracias, además ya mismo me voy" y eran todavía las dos de la madrugada...
A eso de las dos y media llegó Damián, saluda a varios le saludo porque el mamón ni se percata de mi existencia va a saludar, va al servicio acompañado por Victor. Vuelven, charlamos y nos reimos y a las tres y media el Village enciende las luces (no veas si cambia con todas las luces encendidas). Víctor ofrece su casa para seguir un ratito la "juerga" y pa allá que nos vamos estamos un rato muy ameno (escuchando algo de lo que debería haber sonado esa noche en el Village) y Damián se ofrece a llevarme en moto a mi casa, antes de subir me dijo algo que me chocó un poco pero que me alegró la noche bastante.
No conseguí dormir nada esa noche pero al menos durante una noche no fui "la hermana del Robe" sino que fui Cristina.