sábado, 13 de junio de 2009

La triste historia de una historia triste

Érase una vez un escritor triste, en un solitario estudio, de la zona céntrica de su gris ciudad. Un día de cielo nublado, decidió sentarse junto a su televisor, para ver si viendo algún programa del corazón le venía de repente, la inspiración, su musa desnuda que hiciera que brotaran de él palabras de dura crítica social y a su vez rememorar tiempos pasados.
Durante un par de horas estuvo viendo tales programas, notaba cómo el cerebro empezaba a disminuir poco a poco, haciéndose cada vez más pequeños esos miles de filamentos neuronales que conectaban unos pensamientos con otros produciéndole un colapso mental. La pérdida de todo atisbo de lógica.


Ya no eran dos sino cuatro las horas que llevaba viendo aquel programa. De pronto se encontraba balbuceando cosas sin sentido como: "¡qué puta es la Bermúdez ésta!"...
El programa acabó, él se levantó y se dirigió a su mesa, abrió el portátil, se dispuso a escribir la mejor novela de su vida. Iría de algo triste, se sentía triste, desganado. Comenzó a darle vueltas, necesitaba encontrar un tema, después un comienzo y un final, y un nexo entre ambos.

Lo tenía claro, el tema sería su vida.

Hasta la fecha todo le había salido mal. Se divorció dos veces; habiéndolo perdido. Perdió su casa, después el coche, después la custodia de su hija Alisa y de su hijo Moriel, de dieciséis y cuatro años respectivamente. Perdió las ganas de trabajar, las ganas de vivir. Hasta que un día encontró una especie de relato corto en una libreta perdida, dentro de una de sus múltiples cajas marrón grisacéas carcomidas por el paso del tiempo y el esfuerzo del olvido. La caligrafía era conocida para él... y tanto, como que era suya. Recordó haber escrito un pequeño relato sobre la corta vida de un pez en una bañera, lo que le hizo ponerse a pensar. Le entró el gusanillo de la literatura, empezó a empaparse de libros sobre cómo escribir novelas, comenzó a leer todo tipo de novelas hasta poder definir el tipo de novela que él quería hacer. Entonces lo tuvo claro, simplemente quería plasmar sus ideas, sus sentimientos, su vida.

Nuestro simpático escritor se puso a pensar, sobre su vida, sobre cómo había llegado hasta aquel estudio vacío, sin recuerdos, no tenía nada excepto una foto de una familia feliz... Entonces volvió a tenerlo claro, necesitaba un giro dramático para su novela. Abrió el cajón más polvoriento de su mesa, cogió el revolver, giró la silla y mirando aquella fotografía, aquel recuerdo, apoyó la pistola sobre sus labios. No tuvo valor, cerró los ojos y disparó. Y a la luz de la televisión, aquella familia feliz vió cómo la sangre se desparramo por el suelo, llenando aquella tenue luz de la pantalla de su portátil...

8 comentarios:

Jora dijo...

Cristi, que dramatica y sangriente te veo.... Yo que pensaba que al final se juntaria de nuevo con su mujer e hijos y vivirian felices y comerian perdices... (que quieres? cuento muchos cuentos infantiles...)

Un besazo y feliz finde

Hinjeniero dijo...

Me ha encantado la historia si señor...

¿No deberíamos hacer todos lo mismo?

=P

Natsumi dijo...

Jora, sí estaba dramática y sangrienta. Es como me pilló el día y pregúntate una cosa ¿estaba narrando la vida del escritor o era el escritor quien "relataba" su vida?
Si quieres puede ser un final feliz. Todo depende de como quieras mirarlo.
Un besazo para ti también y que tengas un estupendo finde :D

Nanillo, gracias. Respecto a lo de hacer todos los mismo te refieres ¿a lo de escribir o a lo de pegarse un tiro? ¿o lo dices por otra cosa?

taivimbra dijo...

¿Y cuándo escribe la novela si se pega un tiro al recordar todo eso?

Estos son el tipo de relatos que me gustan ^^ con final impactante. Un beso zorronen!!

Natsumi dijo...

Pero vamos a ver. Taivimbra, no te has enterado. Lo que digo es ¿cómo sabes si el escritor se pega un tiro o si es SU personaje quien se lo pega?
Me alegra que te guste putonen :P

taivimbra dijo...

Tiene que ser el personaje, al escritor no le da tiempo material de lo contrario a escribir nada. No es que no me entere, es que nadie me comprende, hablo en chino o qué ? :(

Hinjeniero dijo...

La liais parda eh xDD

Me refería a lo de pegarnos un tiro Cristi, yo y mis depresiones.

En cuanto a el cacao que habeis montado me parece que puede estar relatando su vida, o escribiendo la novela, o ambas cosas al mismo tiempo.

En todo caso creo que se dispara él mismo, ¿o su personaje era también un escritor solitario y fracasado, en un estudio casi vacío y con la televisión puesta? Porque si es así te estás quedando con nosotros!! ;)

Natsumi dijo...

Vosotros sí que la liáis parda. ¿Os suena lo del narrador omnisciente? Pues la cosa está en discernir, y aquí viene lo complicado, en si él está escribiendo el relato (fijaros que digo, que el relato lo va a escribir sobre SU propia vida) o si YO como narrador omnisciente os lo estoy contando. Si fuese el primer caso, aunque hablase de él, él en sí no se pegaría el tiro sino su personaje literario, su alter ego. Y si fuese el segundo caso, os he resumido su vida y acto seguido os he comentado lo que se le cruza por la cabeza para pegarse un tiro.

Y Taivimbra, ¿de dónde sacas lo del tiempo material? Si yo en ningún momento hago referencia al tiempo, sólo me refiero al tiempo en el momento del programa del corazón...
Me liáis cosa mala XD